No es una habitación pequeña, la verdad. No obstante, este recurso la hace aún más grande. Se divide la pared en dos, dejando así la parte superior en blanco. El color menta, el que da alegría al conjunto, se reserva para la parte inferior. De esta forma, la luz entra con más potencia, gracias al color blanco de la parte superior. Pero al mismo tiempo, es posible ver una nota diferente de color.
Si algo llama la atención de los interiores infantiles de esta cuenta, es, sin lugar a duda, el blanco que impera en ellos. Sí, la paleta de blancos es imprescindible para Katharinamaria. No me parece mal. Teniendo en cuenta que los dormitorios infantiles son lugares en los que la luz siempre debe estar presente, el blanco logra que este fin se consiga mucho mejor.
Si quieres incluir color en las paredes de tu hijo, puedes hacerlo a través de los colores pastel. Son más suaves y menos potentes, por lo que darán un mayor equilibrio a la estancia. Además, siempre es posible combinarlos con tonos más neutros, como el blanco. En este ejemplo podemos verlo claramente. La parte superior de la estancia se deja en un blanco neutro, mientras la parte inferior se pinta con un color azul pastel que da dinamismo y vida a este rincón infantil.
Que la decoración tropical ha sido todo un éxito no es nuevo. Instagram o Pinterest están llenos de ambientes con mimbre, con plantas y con estampados verdes. Si eres una amante de este tipo de estilo ¿Por qué no incluirlo en la habitación de tu hijo? Sí, a través del textil.
Hay buenas costumbres que no deben perderse jamás. Una de las mías es revisar el blog de Bea (conbotasdeagua.com) para descubrir nuevas fuentes de inspiración. Son muchas las cosas bonitas que encontramos en sus posts. Hoy quiero centrarme en una de ellas, la casa de Susana Sandonis, una apasionada del arte y el diseño. Además de tener una casa realmente bonita, también cuenta con una tienda online de decoración para niños, Peek and Pack. Promete ¿Verdad? Pasen y vean.
El blanco de las paredes y el textil ayuda. Muchísimo. Pero lejos de apostar por un dormitorio infantil totalmente blanco (que tampoco están nada mal), se introducen notas de color a través del textil, de la decoración de la pared y del papel pintado. Unos pequeños topos en un gris azulado son suficientes para darle un giro completo a la habitación.
Un lugar en el que su imaginación vuele sin límites. Y como de jugar se trata, hoy os presento algunos rincones para jugar a los que no les falta de nada. Pequeñas y grandes ideas que pueden llegar a inspirarnos.
Además, el papel pintado del fondo hace que este rincón se convierta en una bonita ventana. Un lugar mágico en el que tu hijo podrá soñar todos los días. A la vista parece más práctico que la anterior idea, pues es una única cortina que pasa por una barra. En cuanto a los colores, muy similares a los anteriores, eso sí, destacando con negro.
Los colores también son bastante acertados. No hay nada como romper el resto de tonalidades. Si esa pared impone el verde como prioridad, mete un amarillo y un azul para crear un desequilibrio armónico. En la habitación infantil, siempre será bienvenido este tipo de contraste.
Seguro que recuerdas cuando eras niño. En esos días en los que la magia lo inundaba todo. Una época en la que te encantaba esconderte de los adultos y vivir tus propias aventuras. Pues bien, hoy os muestro algo que está muy relacionado con esto. Se trata de camas infantiles en las que poder refugiarse. Pequeños rincones de un dormitorio infantil en el que los peques de la casa se sentirán aislados en su propio mundo.
Me encanta este ambiente. Un claro ejemplo de habitación de juego. La luz es imprescindible, algo que está más que presente gracias a la ventana. El color cálido invita a jugar. Eso sí, sin pasarse con los estampados. Pero, además, me parece muy interesante cómo se aprovechan las esquinas y paredes en general. Los juguetes y mobiliario más grande se arrinconan de forma que queden bien recogidos. Aunque en un momento dado pueden sacarse y usarse en el resto de la habitación.
Finalmente nos centramos en la lana. De todos los materiales naturales que hemos nombrado, es, de lejos, la más confortable. Las mantas de lana, por ejemplo, pueden arropar muy bien a tu hijo. Además, son muy pero que muy estéticas. Puedes incluir la lana en cualquier textil infantil, ya sean colchas, alfombras o cojines. Si usas lana con diferentes colores lograrás, además, poner el punto de color a este ambiente infantil con materiales naturales.
La parte inferior está dedicada a los libros, algo que se complementa con un taburete en el que el niño puede sentarse cómodamente para leer sus cuentos favoritos. Sin duda, uno de esos rincones mágicos en la habitación de un niño.
No es una habitación pequeña, la verdad. No obstante, este recurso la hace aún más grande. Se divide la pared en dos, dejando así la parte superior en blanco. El color menta, el que da alegría al conjunto, se reserva para la parte inferior. De esta forma, la luz entra con más potencia, gracias al color blanco de la parte superior. Pero al mismo tiempo, es posible ver una nota diferente de color.