Es posible que no cuentes con un dormitorio muy grande ni con una habitación de juegos independiente. No obstante, hay soluciones para todo. Me encanta esta opción. Una gran estantería, con cierto sabor vintage, en la que pueden almacenarse todo tipo de juguetes.
Quizá no sea la más estética, pues hay que reconocer que las demás ganan en este aspecto. No obstante, un biombo puede ser una buena idea para separar un dormitorio infantil. Una idea muy económica y que, además, te permitirá liberar esta separación en un momento dado ¿Imagina que un amigo de tu hijo se queda a dormir? Quizá prefieres que puedan disponer de todo el espacio del dormitorio sin limitaciones. Aquí el biombo gana terreno. Una solución de quita y pon.
Las bolsitas están hechas también con algodón 100%. Se recomienda lavarlas a máquina con un máximo de 40º y plancharlas al revés. Imaginad lo felices que estarán los peques con estas divertidas bolsitas cuando estén en la guardería o el colegio.
¿Lo mejor de todo? Que, si hay algo que te gusta mucho, seguramente podrás encontrarlo en su tienda (no siempre, pero casi siempre). Un catálogo online que nos muestra lo bien que pueden quedar determinados elementos combinados con gusto.
Particularmente me encanta este espacio. Quizá no quede refugiado por completo y alejado de las miradas de los adultos. No obstante, a la vista está que es un bonito ambiente para que los pequeños puedan jugar tranquilamente. Techos bajos, que pueden falsearse con materiales como el pladur, una ventana para mirar al exterior y una bonita y cálida alfombra. Una casita abierta para que tus hijos jueguen con todos sus muñecos.
Seguro que recuerdas cuando eras niño. En esos días en los que la magia lo inundaba todo. Una época en la que te encantaba esconderte de los adultos y vivir tus propias aventuras. Pues bien, hoy os muestro algo que está muy relacionado con esto. Se trata de camas infantiles en las que poder refugiarse. Pequeños rincones de un dormitorio infantil en el que los peques de la casa se sentirán aislados en su propio mundo.
No te olvides de las sillas. Tienen que ser cómodas y deben permitir que el niño tenga una postura saludable. No es imprescindible, pero la luz de las ventanas es siempre bienvenida en esto de los espacios de trabajo. Ubicar el escritorio cerca de una ventana nos proporcionará luz natural por el día, algo que es esencial para poder trabajar bien.
No es una novedad. Lo más importante en un escritorio es contar con una buena superficie de trabajo y un buen asiento. La mesa deberá ser amplia, para que el pequeño no tenga problema a la hora de colocar sus libros, libretas y demás. En un dormitorio podemos encontrarnos con el problema del espacio. Por ello, intenta aprovechar los rincones. Hay incluso posibilidades de crear un escritorio que aproveche las esquinas. Tableros y escuadras pueden ayudar muchísimo en esta tarea.
Aunque toda la casa de Susana Sandonis es una verdadera maravilla, la habitación de sus hijos, Martina y Nico, es para enmarcar. Sí, uno de esos lugares mágicos en el que ni el desorden parecería afear nada.
Para terminar, hablemos de la paleta cromática. No hay colores prohibidos. Pero pongamos un poco de sentido común. Si lo que buscamos es concentración, no es buena idea saturar la zona de escritorio con colores demasiado estridentes. Es mucho mejor apostar por el blanco. Quizá algún color frío o neutro. No sólo potenciarás la iluminación natural de la zona de escritorio. También harás que tu hijo esté más relajado en el momento de hacer sus tareas.
Seguro que más de una vez hemos visto muebles hechos con bambú. Es cierto que no a todo el mundo les gusta el efecto que producen, pues se suele asociar con una decoración demasiado tropical o incluso anticuada. No obstante, teniendo en cuenta que lo viejo siempre vuelve, y que ahora el amor por las cosas “viejunas” se ha expandido como la pólvora, no parece una mala idea incluir muebles de bambú en la habitación de nuestros hijos. Además, hay que destacar que es un material de lo más ecológico, pues crece con muchísima facilidad. Es un material resistente y puede dar un toque ecléctico de lo más encantador a la habitación de tu hijo.
Además, si el espacio es muy pequeño, siempre puedes recurrir a los tabiques pequeños. Pequeños muros que llegan a una altura media y dividen sin restar ni un ápice de luz ni disminuir el espacio a los ojos.
Además de sillones para leer, el mimbre también se puede usar para sillas. Sillas de escritorio. Un elemento que, además de ser ergonómico, logrará darle un color especial a esta parte de la habitación de tu hijo. Si quieres que sea menos dura y un poco más cómoda, no te olvides de comprar un cojín acolchado para colocarlo sobre ella. Completa el ambiente con un escritorio tipo sesentero y un colorido flexo.
Sí, el mimbre te recuerda a las cestas. Como la cestita que llevaba caperucita a su abuelita. Este material, además de sillas y sillones, puede ser el material perfecto para objetos de almacenaje. Desde un capazo hasta un arcón o baúl. Una pieza clave que ayudará a tus hijos a mantener el orden en sus dormitorios.
Además, el papel pintado del fondo hace que este rincón se convierta en una bonita ventana. Un lugar mágico en el que tu hijo podrá soñar todos los días. A la vista parece más práctico que la anterior idea, pues es una única cortina que pasa por una barra. En cuanto a los colores, muy similares a los anteriores, eso sí, destacando con negro.