Sí, el mimbre te recuerda a las cestas. Como la cestita que llevaba caperucita a su abuelita. Este material, además de sillas y sillones, puede ser el material perfecto para objetos de almacenaje. Desde un capazo hasta un arcón o baúl. Una pieza clave que ayudará a tus hijos a mantener el orden en sus dormitorios.
Sí, hay modelos de papel pintado repletos de color. No obstante, esos que usan el color pastel pueden ser mucho más apropiados para las habitaciones más pequeñas y menos iluminadas. Papeles pintados con diferentes diseños, en los que el azul, verde o amarillo, aparezcan como una pequeña pincelada decorativa. Ideales para cubrir una única pared o bien para atrevernos con el resto de la estancia.
¿Lo mejor de todo? Que, si hay algo que te gusta mucho, seguramente podrás encontrarlo en su tienda (no siempre, pero casi siempre). Un catálogo online que nos muestra lo bien que pueden quedar determinados elementos combinados con gusto.
¿Por qué no? No todas las habitaciones lo permiten. No obstante, si el dormitorio infantil cuenta con techos altos, ya tienes mucho ganado. Las estancias con techos altos son las mejores para hacer este tipo de división. Ahora bien, recuerda siempre contratar a un profesional, o bien incluir una estructura metálica (que también las hay), lo suficientemente robusta. Una escalera será el acceso ideal.
Un rincón lleno de cojines mullidos en los que tu hijo puede jugar recreando lugares lejanos. O simplemente tumbarse mientras disfruta de una apasionante lectura. El toque verde en la parte superior es un acierto absoluto que rompe con la sobriedad de los colores escogidos.
¿Y si cambiamos además la forma típica del tipi? Las casitas de tela también pueden funcionar muy bien en estos ambientes infantiles. Casitas con sus ventanas, con sus puertas correderas (de tela también) y sus estampados. Un refugio infantil para cualquier estancia de la casa.
En este tipo de refugio, las telas de gasa son bienvenidas. Un rincón cómodo, estilo chill out. Colchones o colchonetas en el suelo y un montón de cojines. El espacio perfecto para los amantes de la lectura. ¿Quieres alejar las miradas de los demás? Tan sencillo como dejar caer las cortinas o tela. Al ser de gasa, pueden dejar pasar la luz sin problemas.
Es momento de hablar del almacenaje. Es evidente que vamos a necesitar espacio para poder colocar material para trabajar. Las estanterías son un buen recurso. También podrías usar casilleros, en los que tu hijo pueda dejar sus libretas, papeles y demás.
¿Y si cambiamos además la forma típica del tipi? Las casitas de tela también pueden funcionar muy bien en estos ambientes infantiles. Casitas con sus ventanas, con sus puertas correderas (de tela también) y sus estampados. Un refugio infantil para cualquier estancia de la casa.
Si no cuentas con techos altos, sácale partido al suelo. Simplemente creando un escalón, que pueda separar la zona de dormir del resto de la estancia, lograrás tu propósito. También podría servir ese tipo de dormitorio infantil en el que la cama se mete de lleno en la pared, a través de un falso tabique o con módulos.
La elección de los colores de la habitación infantil es una elección delicada. Si bien es cierto que la variedad cromática es enorme, apostar por un ambiente más o menos neutro nos permitirá poder arriesgar con pequeñas pinceladas de color más potente. Los colores pastel, por ejemplo, son estupendos para ello, para dar vida sin saturar. Aprende a decorar con colores pastel la habitación de tu hijo y conseguirás un dormitorio cargado de encanto y personalidad.
El dosel es algo que nunca pasa de moda. Un elemento que puede colocarse en cualquier tipo de cama e incluso en cunas. Con los doseles, las camas parecen sacadas de un cuento de hadas. Un dosel que, además, podrá cerrarse en un momento dado para conseguir la intimidad suficiente para leer una buena historia.
Pero, además, lograrás aportar calidez. Un material muy empleado en habitaciones tipo vintage, con estética retro o incluso en ambientes nórdicos. Veamos un ejemplo de todo lo que podemos hacer con el mimbre.
Si quieres incluir color en las paredes de tu hijo, puedes hacerlo a través de los colores pastel. Son más suaves y menos potentes, por lo que darán un mayor equilibrio a la estancia. Además, siempre es posible combinarlos con tonos más neutros, como el blanco. En este ejemplo podemos verlo claramente. La parte superior de la estancia se deja en un blanco neutro, mientras la parte inferior se pinta con un color azul pastel que da dinamismo y vida a este rincón infantil.
Sí, el mimbre te recuerda a las cestas. Como la cestita que llevaba caperucita a su abuelita. Este material, además de sillas y sillones, puede ser el material perfecto para objetos de almacenaje. Desde un capazo hasta un arcón o baúl. Una pieza clave que ayudará a tus hijos a mantener el orden en sus dormitorios.