Recuerda, en parte, a la decoración nórdica, en la que el pino es gran protagonista. c cama preciosa, con un somier que lejos de estar oculto se muestra. A juego esa mesita de noche sencilla, sin cajones, pero con un espacio para poder colocar los libros de cabecera de tu hijo.
Los escritorios convencionales cuentan, en muchas ocasiones, con cajoneras. Son prácticas, pero no imprescindibles. Si prefieres una tabla con caballetes, tendrás que recurrir a algunas de las opciones anteriores.
Me ha encantado este ejemplo. Tomando la típica estructura de cama con forma de casa, algo que vemos mucho últimamente y que nos encanta, se añaden unas telas a modo de cortinas. Telas finas, de esas que permiten pasar la luz. Un efecto vaporoso que añade encanto a la estancia.
¿Por qué morir siempre en los muebles clásicos? La cuna es un elemento que tiene un uso limitado en el dormitorio infantil ¿No sería buena idea aplicar color en ella? Escoger cunas con colores pastel puede dar mucha vida a la habitación. Además, si como en el ejemplo, tienes unas paredes llamativas, puede ser el contrapunto perfecto. Serenidad frente al caos cromático.
Para terminar, fijémonos en el armario. Nada de armario empotrado. Un armario de una sola pieza que, además, tiene cierto aire industrial ¿Encaja en esta estancia? Sí. El suelo que se ha usado es un suelo continuo que nos recuerda a ambientes industriales.
La asimetría parece estar presente en todo el conjunto. Algo que no nos disgusta en absoluto, pues hace que sea una habitación muy dinámica y divertida. Además, hay que destacar la separación visual entre la zona de descanso y la zona de juegos y estudio. Sí, gracias a una estantería también con grandes dosis de asimetría, algo que siempre viene bien para que nuestros hijos puedan aprender rutinas de descanso y trabajo.
Recuerda, en parte, a la decoración nórdica, en la que el pino es gran protagonista. c cama preciosa, con un somier que lejos de estar oculto se muestra. A juego esa mesita de noche sencilla, sin cajones, pero con un espacio para poder colocar los libros de cabecera de tu hijo.
Hoy os traigo unos dormitorios infantiles que me han robado completamente el corazón. Sí, soy bastante fanática de los interiores escandinavos en general. No obstante, creo que los que Katharinamaria muestra en su cuenta de Instagram tienen un sabor especial. Menos común y con más encanto. Pasen y vean. Prometo que más de uno va a enamorarse.
Es evidente que siendo dos, uno de los mayores problemas con los que nos podemos encontrar es con el almacenaje. En esta habitación han trabajado mucho en este aspecto. Para empezar, la escalera que conduce al “dormitorio” superior, es en realidad un armario. Un espacio de almacenamiento extra, completamente oculto, en el que los peques pueden guardar sus juguetes.
Nuestros hijos comienzan pronto en esto de los estudios. Por tanto, es necesario que tengan un lugar en el que puedan hacer los deberes y estudiar. Aunque lo ideal es tener un espacio independiente para esto, la mayoría de las casas no cuentan con esa suerte. Crear una zona de trabajo en el propio dormitorio suele ser lo más común. Ahora bien ¿sabrías decir cuáles son las claves para crear el mejor ambiente de trabajo para tu hijo? Te ayudamos un poco con esto.
Un dosel que puedes cerrar para que no entre la luz o simplemente para jugar. En este caso, me encanta no sólo el dosel, también los detalles. El detalle de la corona de flores en lo alto, por ejemplo. En una habitación tan sencilla, este tipo de toques marca la diferencia.
El blanco de las paredes y el textil ayuda. Muchísimo. Pero lejos de apostar por un dormitorio infantil totalmente blanco (que tampoco están nada mal), se introducen notas de color a través del textil, de la decoración de la pared y del papel pintado. Unos pequeños topos en un gris azulado son suficientes para darle un giro completo a la habitación.
Aunque toda la casa de Susana Sandonis es una verdadera maravilla, la habitación de sus hijos, Martina y Nico, es para enmarcar. Sí, uno de esos lugares mágicos en el que ni el desorden parecería afear nada.
Además, si el espacio es muy pequeño, siempre puedes recurrir a los tabiques pequeños. Pequeños muros que llegan a una altura media y dividen sin restar ni un ápice de luz ni disminuir el espacio a los ojos.